Siguen luchando. Los científicos buscan acceder a los huesos del Hombre de Kennewick, quien murió con una punta de proyectil en la pelvis (flecha).
Cuando las tribus nativas americanas decidieron la semana pasada no impugnar un fallo de un tribunal de apelaciones, parecía que el camino estaba despejado para que los científicos estudiaran el esqueleto de 9300 años de antigüedad llamado Hombre de Kennewick, que ha estado envuelto en batallas legales durante los últimos 8 años. Sin embargo, los científicos afirman que, si bien el fallo sienta un precedente favorable para el estudio de otros esqueletos antiguos, no son optimistas sobre la posibilidad de estudiar al propio Hombre de Kennewick en un futuro próximo. El gobierno continúa criticando los planes de investigación de científicos externos y negando el acceso a los restos. Las negociaciones están en curso, pero el abogado de los ocho científicos demandantes en la demanda, Alan Schneider, de Portland, Oregón, afirma: "Aún estamos muy lejos de llegar a un acuerdo". Volver a los tribunales, añade, "es definitivamente una posibilidad".
El caso Kennewick finalmente pareció llegar a su fin el 19 de julio, cuando los acusados, cuatro grupos tribales, decidieron no apelar ante la Corte Suprema de los Estados Unidos una decisión del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de los Estados Unidos. Ese tribunal dictaminó que, dado que no hay pruebas que vinculen el esqueleto de Kennewick con ninguna tribu existente, la Ley de Protección y Repatriación de Tumbas de Nativos Americanos (NAGPRA, por sus siglas en inglés) no le aplica. La interpretación de la NAGPRA por parte del tribunal es un avance significativo que tendrá "implicaciones importantes" en otros casos en los que grupos nativos americanos reclamen restos, afirma Robson Bonnichsen, de The Center for the Study of the First Americans de la Texas A&M University en College Station. En un proyecto del U.S. Army Corps of Engineers en Texas, por ejemplo, afirma, los nativos americanos inicialmente reclamaron restos de un cementerio de 4000 años de antigüedad, pero se ha llegado a un acuerdo para que los científicos tengan acceso a ellos.
Mientras tanto, los científicos están ansiosos por estudiar al Hombre de Kennewick, uno de los esqueletos más antiguos de Norteamérica. Schneider afirma que, en 2002, los científicos presentaron un plan de estudio de 40 páginas al Departamento del Interior y al Corps of Engineers, organismo que custodia los restos en el Burke Museum de Seattle. Se trata de "una propuesta vanguardista para realizar el análisis más detallado jamás realizado de un primer estadounidense", afirma Bonnichsen. "Queríamos hacer algo excepcional".
Sin embargo, los funcionarios del Departamento del Interior y del Corps of Engineers han respondido con numerosas objeciones. Según Bonnichsen, el Corps of Engineers afirma que el esqueleto es "frágil" y buscan limitar el acceso de científicos a él. "Al cuerpo le preocupa su estado y quiere limitar su manipulación a lo necesario para generar nuevos conocimientos", afirma Frank McManamon, arqueólogo jefe del National Park Service. McManamon, quien ha asesorado en la respuesta del gobierno al plan de estudio, afirma que este no "se basa en la considerable cantidad de investigación científica que ya se ha realizado" por científicos designados por el gobierno. Por ejemplo, afirma que Bonnichsen y sus colegas quieren tomar muestras óseas para realizar pruebas de ADN, a pesar de que ya se han realizado las muestras y tres laboratorios independientes no pudieron extraer ADN.
El abogado Schneider replica que las pruebas de radiocarbono y ADN patrocinadas por el gobierno "usaron o dañaron hasta 60 gramos del esqueleto", mientras que los científicos han propuesto un "micromuestreo", que no destruiría más de 1,5 gramos de hueso. Agrega que muchas otras áreas necesitan estudio. Por ejemplo, aunque científicos designados por el gobierno realizaron tomografías computarizadas (TC) para examinar la punta de proyectil alojada en la pelvis del esqueleto, Schneider dice que "todavía existe una gran controversia sobre la dirección en la que entró", y que ahora se dispone de tecnología de TC más sofisticada para estudiarla. "Lo que Frank [McManamon] parece estar diciendo es "Ya los hemos examinado, así que no es necesario que lo hagan"", lo cual no es una postura científica, dice Schneider.
Mientras continúa el regateo, los nativos americanos han indicado que ahora se embarcarán en una campaña a nivel nacional para presionar al Congreso para que reescriba la NAGPRA.
Fuentes
★Science — 30 July 2004 (Vol.305, Issue 5684)
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